miércoles, 17 de agosto de 2011

QUE LA IMPUNIDAD A MILITARES PASE UN PLEBISCITO

ENFOQUE
Por Miguel Ángel Kaiseros    
@KaiserosM

Que la impunidad militar pase un plebiscito

** Tarea pendiente de los diputados
** La participación directa del pueblo es indispensable
         ** El único soberano es el pueblo, no las cúpulas de partidos        
           
            Si de veras no tuviera la importancia humana y política que tiene, por supuesto que no insistiría en el tema; pero la reforma a la ley que pretende dar más impunidad a la burocracia militar es inadmisible por cualquier lado que se le vea. Las cúpulas gobernantes entre ellas la Iglesia Católica, quieren retroceder a principios de siglo 18 para despacharse con la cuchara grande satisfaciendo sus intereses y despreciando las libertades del pueblo y la dignidad de las personas.
           
            Vista así, la cuestión queda en dos ejes principales: derechos humanos y despotismo teocrático militarizado. Esto resulta mucho más peligroso que los pros y los contras que por ahora se debaten para instalar cortinas de humo. El pueblo prácticamente está al margen de esa discusión nacional en la cual se juegan los derechos humanos y otras garantías constitucionales. Urge un plebiscito.

            Mientras la mayoría de los mexicanos hacemos un papel de espectadores mudos, el debate es sólo entre legisladores, y algunas organizaciones no gubernamentales, por cierto minoritarias, si las comparamos con el total la población adulta de nuestro país. El papel de los legisladores es vergonzoso, como sucede con los senadores que ya aprobaron esa minuta apátrida.

            Para colmo de tal marranada, todo parece indicar que los diputados también aprobarán esa retrógrada propuesta. Por supuesto entre los legisladores hay honrosas excepciones, pero para desgracia de México son y serán sobrepasados por la supremacía numérica de los legisladores oligarcas.

            Para infortunio de la sociedad mexicana, las llamadas organizaciones civiles no gubernamentales, ya se doblaron. Se doblaron debido a que la mayoría de ellas y sus dirigentes reciben favores de los gobiernos y parte del erario. Ya hicieron fila india para someterse al patrón. El que paga manda y no hay de otra.
           
            A través de algunas de esas organizaciones civiles no gubernamentales, operan con cuchara gigante la manipulación de la Iglesia Católica, y otras iglesias también materialmente millonarias, los banqueros y la burocracia miliar siempre al servicio incondicional de la oligarquía gobernante. Esa oligarquía está integrada por los banqueros, todos cilindrados desde el extranjero en razón de que los bancos más importantes de México son de capital extranjero.

             La historia mundial y en particular la de México nos dice que la trinidad vil y omnipoderosa que esclaviza y masacra los pueblos está integrada por tres entidades siniestras: los religiosos, los banqueros y los militares. De esas tres siniestras entidades salen la mayoría de políticos déspotas, entre ellos por supuesto, la mayoría de legisladores de todos los partidos.
           
            Sin embargo, no todo está perdido, el poeta de los besos, Javier Sicilia y las familias  víctimas de la violencia que lo siguen con determinación y valentía, insisten con toda la razón del mundo en que la minuta de la impunidad para los militares no sea autorizada por los diputados  en los términos en que pasó por el senado.
           
            La humanista y patriótica exigencia de Sicilia es apoyada por los mexicanos sin vocación de esclavos. La mayoría de los ciudadanos mexicanos también queremos y esperamos que los diputados den una muestra de inteligente dignidad, y que no autoricen más impunidad a la burocracia militar que tan graves cuentas pendientes tiene ante la nación.       

            También es urgente y necesario un plebiscito sobre ese trascendente tema. Los ciudadanos no podemos ser cómplices de los legisladores vendidos para consumar  esa ofensa a la nación. Cada mexicano tiene derecho a participar en ese plebiscito de manera directa, universal, y de cuerdo a su consciencia. Ningún mexicano con un dedo de frente y una pizca  de dignidad personal puede quedar al margen de las decisiones nacionales de tal envergadura. Lo del plebiscito lo dejamos de tarea para los legisladores.
           
            Hasta pronto, pero en nuestro ENFOQUE, no el de los legisladores oligarcas.

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