Por Miguel Ángel Kaiseros
Democracia progresista
**La democracia, a todos beneficia y a nadie hace daño
** El PRI se está ladeando muy a la derecha
Más allá de los reflectores y de los protagonistas, la formalización del Movimiento Progresista que unifica a las izquierdas en México y que encabeza Manuel López Obrador, le pone el ingrediente democrático al proceso electoral del 2012 en el que se elegirá presidente de la república.
Ese elemento democrático es de la mayor relevancia porque mientras la mayoría de los mexicanos seamos pobres, y entre esos pobres predomine la miseria extrema, los reclamos de justicia social serán mayores y más justificados. No olvidemos jamás que el único activo social que tiene el pueblo marginado, es su capacidad de movilización organizada. La movilización es propia de la izquierda.
Así las cosas, vemos que Humberto Moreira Valdés, dirigente nacional del PRI, tiene razón desde que anticipó hace semanas, que el adversario a vencer es López Obrador. La unificación de las izquierdas, en automático y anticipadamente, margina a la ultraderecha del PAN al tercer lugar para el 2012. ¡Quien no lo crea; al baile vamos!
La unificación de la izquierda con un candidato bien identificado con las cusas populares, hacen de Manuel López Obrador un adversario formidable para el PRI, lo que también en automático fortalece a Moreira en la dirigencia del tricolor. También fortalece al dirigente nacional del PRI, el triunfo en Michoacán, donde Humberto llevó al baile a la hermana mayor de México.
Insisto en la importancia del ingrediente democrático en el proceso comicial nacional que ya tenemos a tiro de piedra. La izquierda parecía dividida y sin objetivos comunes que son los factores dan cohesión en toda organización humana. Se apreciaba una izquierda sin rumbo y sin ninguna posibilidad de hacer un papel trascedente en las elecciones del año venidero.
Unificada en el Movimiento Progresista, y con un candidato de probada raigambre popular, la enorme masa marginada de votantes será tomada en cuenta. Esa fuerza humana que no ven los mandones que detentan el poder fáctico, ya tiene un espacio para luchar y defender sus legítimos intereses. Asimismo, la democracia participativa que a veces los demagogos de moda mencionan en su retórica, tiene una oportunidad histórica.
Pero no anticipemos triunfalismos de la izquierda. Si bien Manuel López Obrador y el Movimiento Progresista fortalecen la democracia, están muy lejos de vencer al PRI en la contienda para llegar a Los Pinos. El PRI tiene la estructura social y territorial, suficiente para regresar a la silla presidencial sin mayores dificultades.
Observemos que resulta trascedente, que el mismo PRI y los priístas progresistas que también existimos, resultamos beneficiados con la democratización del proceso electoral que viene. Esto, porque el PRI se está ladeando muy para la derecha, poniendo en riesgo su vocación democrática que tanto presume. No olvido que la democracia, a todos beneficia y a nadie hace daño, me enseñaba un maestro de prepa.
Hasta pronto, pero desde nuestro ENFOQUE, no el de los derechistas extremos.
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