lunes, 4 de julio de 2011

HONESTIDAD:TAREA PENDIENTE DE PARTIDOS POLITICOS

ENFOQUE
Por Miguel Ángel Kaiseros                    enfoque50@hotmail.com
           
Honestidad: tarea pendiente de partidos políticos
**No todos los priístas son corruptos, ni todos los corruptos son priístas
**Quien pueda tierra la primera piedra que me avise para entrevistarlo
El anunciado triunfo de Rubén Moreira en Coahuila, es parte muy significativa del también anunciado regreso del PRI a Los Pinos. La posición del tricolor en la intención del voto ciudadano es indiscutible, y sólo es cuestión de que los priístas con Humberto Moreira a la cabeza, sigan trabajando con la gente, para que el PAN y Felipe Calderón hagan maletas para dejar la silla presidencial.
            Ya se ha dicho mucho, y seguramente se dirá más de los comicios del pasado 3 de Julio, por eso mi comentario se enfoca en la derrota de la ultraderecha azul, que en comparsa con la Iglesia Vaticana y algunos empresarios que se quedaron en el pasado se aferran al modelo neoliberal que tanto daño hace no sólo a los mexicanos, sino a todos los países aceptan los tratados de libre comercio y esos convenios que hacen más ricos a unos pocos, y hacen más pobres a los más pobres.
            En Coahuila por ejemplo, hay un grupúsculo de oligarcas de reciente generación que se sienten marginados por el Gobierno de la Gente. No se resigan a que la realidad de la política nacional y en Coahuila en particular es muy diferente. Sus apellidos de origen revolucionario ya no son garantía para seguir gozando de privilegios que no merecen. Son ellos los que hicieron la guerra sucia en contra del  partido, que los hizo ricos y les dio poder durante muchas décadas.
            Asimismo, todos debemos reconocer que la guerra sucia de las precampañas y en las campañas mismas, aunque bochornosa tiene su lado positivo. Los bandos se identificaron, unos a otros dieron a conocer a la opinión pública sus lados flacos y negros. Ahora corresponde a la sociedad y a los mismos partidos políticos, vigilar con mayor rigor las andanzas de sus candidatos.
Porque ninguno de los partido político puede ser defensor de oficio, ni mucho memos cómplice para ensanchar la agobiante impunidad que padecemos los mexicanos. Queda claro que no todos los priístas son corruptos, ni todos los corruptos son priístas. Ciudadanos honestos los hay en todos los partidos, y ese capital humano tan valioso, también debe ser identificado a la luz pública para confiarle la enorme responsabilidad de administrar los bienes nacionales.
Soñador y utópico tal vez, pero siempre he pensado que los partidos políticos deben ser escuela de educación cívica, cuyos dirigentes y representantes sean paradigmas para servir a la sociedad. Parece increíble, pero no hay a la vista una institución que nos enseñe y nos forme para ser excelentes ciudadanos. Las instituciones religiosas por citar uno de los ejemplos más lamentables, que tanto hablan de moral y de hacer el bien, hacen todo lo contrario. Las hemerotecas de todo el mudo no me dejan mentir.
Miles de personas me dirán que el buen ciudadano se forma en la familia. Pero si observamos quien formó  a los padres de familia, vemos sin ningún esfuerzo extraordinario, que los padres de familia son producto y diseño de instituciones decadentes, ya sean instituciones de educación superior o instituciones religiosas. Y quien me pueda tirar la primera piedra que me avise, para tener el gusto de conocerlo y entrevistarlo.
Con tristeza vemos que a la sombra de universidades importantes, publicas y privadas, surgen ostentosas residencias que no corresponden a los ingresos decentes de sus dueños o directivos. En las iglesias vemos cosas peores, pues no sólo hacen nuevos millonarios, sino que corrompen el espíritu de sus fanáticos. Por eso, siento que los partidos políticos tienen una terea pendiente en cuestión de hacer las cosas con la mayor limpieza posible.
Hasta pronto, pero desde mi ENFOQUE no el de las iglesias.

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